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El freno a la universidad pública deja carreras con el 90% de aspirantes sin plaza

PlazasPública

Victòria Oliveres / Daniel Sánchez Caballero

8 de junio de 2025 22:22 h

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Cada plaza que se ofrece en las universidades públicas españolas en los grados de Medicina tiene 11 aspirantes. Una ratio digna de las oposiciones más solicitadas que, junto al hecho de que la oferta no crece al ritmo de la demanda, provoca que la nota de corte de esa carrera esté por encima del 13 (sobre 14) en buena parte de los campus del país.

En Veterinaria la proporción es ligeramente más baja, ocho a uno, pero también se encuentra entre los ámbitos más solicitados, como Enfermería o Psicología, según se desprende de la estadística oficial del Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades.



Esta media esconde la competencia que hay para el grado de Medicina concreto en algunos centros, como en la Universidad Pública de Navarra o la de Cantabria, donde se registran casi 40 aspirantes por cada plaza ofrecida. En total hay 12 grados en toda España en los que 20 o más personas aspiran a cada plaza que se ofrece, según se puede comprobar en el buscador.



En el otro lado, Turismo y Hostelería es el único ámbito de estudio en el que se preinscribe menos gente de las plazas que se ofrecen. En este grupo de grados se ha registrado una caída de la demanda continua desde 2017. Pero no es la única que no llena las plazas: hasta 20 ámbitos presentan una tasa de ocupación inferior al 100% una vez formalizada la matrícula, según se observa en el gráfico. Los ámbitos que han conseguido llenar sus aulas sistemáticamente en los últimos años son Fisioterapia y Nutrición, Medicina, Informática, Enfermería, Deportes, Veterinaria, Matemáticas y Estadística y, por último, Psicología.



La combinación de esta oferta y demanda se traduce en una tasa de adecuación del 76,43%, según datos del ministerio. Esto es, tres de cada cuatro personas pudieron matricularse en su primera opción. Pero el dato cambia en las diferentes realidades que tiene cada rama de enseñanza: en las ingenierías, arquitecturas y carreras de Humanidades el 80% o más de los estudiantes puede hacer lo que quiere donde quiere, dato que cae hasta el 66% en Ciencias de la Salud (donde se encaja Medicina), al 68% en Ciencias y sube hasta el 78% en Ciencias Sociales y Jurídicas.

La oferta total de plazas lleva años estancada

En total, en España las universidades públicas presenciales ofrecieron 245.956 plazas en el curso 2023-24 (el último del que hay datos consolidados), una cifra que se mantiene estable en los últimos 10 años: en el curso 2015-16 eran mil más. Ese cuarto de millón de plazas recibió un total de 475.500 preinscripciones: hay casi dos solicitudes por cada una. Cuando se baja a un análisis más detallado por grados, la oferta sí ha subido algo en los más solicitados, como Matemáticas, Medicina o Informática, pero no lo ha hecho a la par que la demanda, como muestra la evolución en los últimos años del número de aspirantes por plaza, que en esas áreas no para de crecer.



Esa estadística da al menos en parte la razón a la ministra Diana Morant, que lleva meses criticando la falta de plazas en las universidades públicas porque, asegura, las comunidades autónomas no aportan la financiación suficiente a sus centros para que abran más. “No se trata de que has tenido malas notas”, argumentó en relación a la subida de las notas de corte registrada en los últimos años, “se trata de que no se está ofertando suficiente matrícula por parte de la universidad pública, y esto se debe a la infrafinanciación de las universidades. Hablamos mucho de la señora Ayuso y de lo que ocurre en Madrid, pero es que el caso de Ayuso y del modelo de infrafinanciación se está expandiendo”, afirmó en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros del pasado martes.

“Por ejemplo, para estudiar Medicina, las notas de corte son de 13 y pico, y esto no significa que las universidades de nuestro país se hayan convertido en elitistas, sino que se les acaban las plazas con los mejores estudiantes”, puso como ejemplo, aunque Medicina es un área peculiar. En este caso concreto sí hay una pulsión por abrir nuevos grados por todo el país, tanto en la pública como en la privada, con el resultado de que en los últimos cinco años se han abierto 15 nuevas facultades contra el criterio de los decanos y del ministerio, que no lo creen necesario.

La privada reacciona

Este estancamiento de la oferta pública lo está aprovechando la universidad privada, que ha detectado un nicho en el que crecer ante la demanda en ciertas áreas. En los últimos ocho años, los centros privados han pasado de ingresar 1.595 nuevos estudiantes de Medicina a 2.118 en el curso 2023-24 (un 32% más), una cifra que seguro se ha incrementado por la mencionada apertura en los últimos años de nuevas facultades, por ejemplo la de Loyola en Andalucía el pasado año.

Sucede algo similar en otros ámbitos. En el resto de estudios de Ciencias de la Salud (aparecen así nombrados en la web del ministerio) los 5.915 nuevos estudiantes en 2015-16 fueron 8.133 en 2023-24, una subida del 37%. En Arquitectura el incremento alcanza el 42%, en Informática se han más que duplicado hasta crecer un 166% y en Matemáticas y Estadística han pasado de no ofrecerla (era una carrera sin nota de corte hace unos años) a tener 665 nuevos estudiantes.

9.000 euros por estudiante y año

La OCDE sitúa el coste de una plaza universitaria en entorno de los 9.000 euros por estudiante y año, pero en España esa cifra sube hasta los 13.700 euros por alumno, informa Efe. Según un estudio de Funcas realizado por economistas del Banco de España, de la Universidad Autónoma de Madrid y de la Rey Juan Carlos, a las instituciones de enseñanza superior les supone grandes inversiones en infraestructuras y en contratación de personal. Además, añade este estudio, hay una burocracia que complica la puesta en marcha de nuevas titulaciones, ya que requieren un proceso de verificación que puede durar hasta dos años.

El investigador de Funcas y profesor titular de la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid (URJC) Ismael Sanz señala que se necesitarían 15.000 plazas públicas más cada año en las denominadas carreras STEM (ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas, por sus siglas en inglés) y lamenta que las administraciones no tengan en cuenta su inserción laboral. Porque es un dato que influye en la demanda, remata Montserrat Álvarez, de la Fundación CYD. “Una titulación con un salario esperado un 10% superior al de otra titulación tiende a recibir un 6% más de preinscripciones”, ilustra. “Las administraciones públicas no reaccionan a las necesidades laborales”, lamenta.

Los autores de este estudio también sostienen que “algunas universidades pueden ver la alta selectividad y las notas de corte altas como una forma de mantener una imagen de exclusividad y calidad académica”, una afirmación que flota en el mundo universitario pero difícil de demostrar. Sí es una certeza que las universidades están ahogadas: la financiación media del sistema español subió un 20% entre 2008 y 2023, mientras la inflación lo hizo un 34%. Esta evolución supone una pérdida efectiva de recursos.

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