12 mejores champús sin sulfatos ni siliconas: Guía por expertos

Cada vez más personas notan que su champú habitual ya no les funciona como antes: el cabello pierde cuerpo, el cuero cabelludo reacciona con más facilidad y la caída se hace más visible en ciertas épocas del año. Y es que detrás de muchos de estos problemas, a menudo se esconde una causa común: fórmulas demasiado agresivas, con ingredientes que limpian en exceso, recubren en lugar de tratar o simplemente alteran el equilibrio natural del cuero cabelludo.
Por eso hemos creado este ranking con los 12 mejores champús sin sulfatos ni siliconas, seleccionados por su eficacia, su composición y su capacidad de responder a necesidades reales: caída estacional, frizz, sensibilidad, coloración o rutina curly.
Ranking de los mejores champús sin sulfatos ni siliconas
1. B·Hair - Naturadika

Formato: Champú sólido
Ideal para: Cabello debilitado y apagado, cuero cabelludo sensible, caída estacional
Encabeza este ranking por su fórmula altamente concentrada, su perfil fitoactivo único y su capacidad para aportar volumen, cuerpo y brillo. B·Hair no solo limpia: actúa como base de una rutina capilar completa que respeta el equilibrio del cuero cabelludo y fortalece la fibra desde la raíz.
- Ashwagandha (Withania somnifera): adaptógeno natural que protege frente al estrés oxidativo y contribuye al equilibrio dérmico.
- Avena y aloe vera: calman, regeneran y refuerzan la barrera cutánea, mejorando la sensación de confort.
- Hibisco y proteína de trigo hidrolizada: fortalecen, aportan elasticidad y mejoran visiblemente la textura del cabello.
- Aceites esenciales (romero, lavanda, bergamota, naranja): activan la microcirculación, purifican sin irritar y proporcionan una experiencia sensorial natural.
La base limpiadora, sólida y libre de agua, está enriquecida con tensioactivos vegetales que generan una espuma cremosa y respetuosa. El resultado: un cabello con más cuerpo, más volumen y un brillo saludable, desde las primeras aplicaciones.
Puedes encontrar más información sobre el champú B·Hair haciendo clic aquí.
2. Champú Nutritivo - Dalire

Formato: Líquido
Ideal para: Cabello seco, dañado o teñido
Dalire combina tensioactivos suaves con una base botánica enfocada en hidratar sin apelmazar. Es ideal para quienes usan planchas, tintes o sufren deshidratación por factores ambientales.
- Extractos de romero, ortiga, abedul y tomillo: tonifican y revitalizan el folículo.
- Coco y proteína de trigo: mejoran la textura del cabello y fortalecen la fibra.
- Lauryl glucoside y sodium cocoyl isethionate: limpieza suave y no irritante.
Una opción equilibrada y eficaz para devolver elasticidad y brillo sin recurrir a siliconas ni detergentes agresivos.
3. H05 Champú Sólido - Modesta Cassinello

Formato: Sólido
Ideal para: Cabello normal a seco, uso frecuente
Fórmula breve pero bien equilibrada, pensada para quienes buscan un champú sólido sin renunciar a una experiencia agradable y respetuosa con el cuero cabelludo.
- Glicerina y aloe vera: hidratan sin dejar residuo.
- Aceite de coco: suaviza y protege.
- Base cremosa: limpieza delicada y sensorial.
Buena elección si se busca una rutina de cuidado minimalista, con resultados constantes en cabellos no especialmente problemáticos.
4. Champú Post Biótico - Labeau Organic

Formato: Líquido
Ideal para: Cuero cabelludo alterado, recuperación post-tratamientos
Formulado con prebióticos y fermentos naturales, este champú destaca por su enfoque en la salud del microbioma cutáneo.
- Lactobacillus ferment y Palmaria Palmata: reequilibran y regeneran.
- Betaína, aloe vera, camelia: alivian y restauran la barrera dérmica.
- Base limpiadora muy suave: tolerancia alta en cueros cabelludos sensibilizados.
Ideal tras periodos de irritación, tratamientos agresivos o alteraciones hormonales.
5. Dandruff Control Mint - Freshly Cosmetics

Formato: Líquido
Ideal para: Cuero cabelludo graso o con tendencia a la caspa
Este champú fresco y purificante actúa sobre el exceso de sebo sin resecar ni irritar.
- Mentol y lactato de mentilo: efecto calmante inmediato.
- Zinc PCA y extracto de uva: control microbiano y seborregulador.
- Tensioactivos suaves: limpian sin alterar el equilibrio natural.
Opción interesante para quienes buscan sensación de frescor y regulación de forma no agresiva.
6. Curl Definer - Naturtint

Formato: Líquido
Ideal para: Cabello rizado, ondulado o con volumen natural
Diseñado para definir y mantener la forma del rizo sin apelmazar ni resecar.
- Proteína de quinoa y extracto de amaranto: refuerzan y mejoran la elasticidad.
- Aceite de Limnanthes alba: nutrición sin peso.
- Sin siliconas, sin sulfatos y con pH equilibrado: fórmula apta para método curly.
Funciona bien como primer paso de rutinas específicas para rizos.
7. Kerala Essence - Lico by Helena Rodero

Formato: Líquido
Ideal para: Cabello fino, cuero cabelludo sensible
Champú suave, con ingredientes antioxidantes y prebióticos para un uso frecuente sin irritación.
- Amla, arándano rojo y romero: protegen frente a radicales libres.
- Inulina: refuerza la flora cutánea beneficiosa.
- Base ligera y sin siliconas: buena compatibilidad dérmica.
Una opción delicada, pensada para quienes priorizan la tolerancia sin renunciar al resultado.
8. Soothing Shampoo - Good&All

Formato: Líquido
Ideal para: Picor, cuero cabelludo reactivo, sensación de inflamación
Diseñado para calmar y descongestionar el cuero cabelludo con ingredientes funcionales.
- Niacinamida y árbol de té: equilibran y alivian.
- Cafeína y menta: activan sin agredir.
- pH fisiológico y fórmula sin perfume sintético: uso continuado sin efectos adversos.
Perfecto para pieles reactivas o épocas de especial sensibilidad.
9. Total Repair 0% - Valquer

Formato: Líquido
Ideal para: Cabello dañado, quebradizo o con puntas abiertas
Pensado para reforzar y reparar la fibra capilar desde dentro, sin añadir peso.
- Pantenol y proteína de trigo: restauran estructura y elasticidad.
- Extracto de algodón: suaviza y aporta sensación sedosa.
- Textura cremosa, sin siliconas ni sulfatos: limpia con cuidado.
Una opción eficaz para mantener el cabello fuerte entre tratamientos más intensivos.
10. Elements Renewing - Wella

Formato: Líquido
Ideal para: Cabello seco o tratado, uso frecuente
Aporta hidratación y protección sin saturar, ideal como parte de rutinas capilares más amplias.
- Pantenol y glicerina: restauran hidratación natural.
- Extracto de té verde: protege del estrés oxidativo.
- Textura profesional y fragancia suave: buena experiencia de uso.
Recomendado como champú base para quienes buscan eficacia sin ingredientes oclusivos.
11. Aura Botanica - Kérastase

Formato: Líquido
Ideal para: Cabello opaco o con pérdida de brillo
Fórmula con aceites nobles y tensioactivos delicados para una limpieza sensorial.
- Argán y coco: nutren y realzan el brillo.
- Naranja dulce y glicerina: dan suavidad y aroma natural.
- Base vegetal y sin siliconas: aporta luz sin apelmazar.
Buena opción si se prioriza el acabado cosmético y una textura sedosa.
12. Shikakai - Alma Secret

Formato: Sólido
Ideal para: Cabello normal, cuidado suave y natural
Inspirado en la tradición ayurvédica, con un perfil de ingredientes funcionales y bien tolerados.
- Polvo de Shikakai y spirulina: fortalecen y purifican.
- Jojoba, lavanda, romero y menta: aportan hidratación y frescor.
- Fórmula sólida sin agua, sin conservantes artificiales ni fragancias sintéticas.
Buena alternativa para quien busca un cuidado diario eficaz, ecológico y equilibrado.
Champú sin sulfatos: qué es y por qué se recomienda
En los últimos años, el término “sin sulfatos” ha pasado de ser una etiqueta de nicho a convertirse en un criterio clave de elección para muchas personas que buscan cuidar su cabello desde la raíz. No se trata solo de evitar una lista de ingredientes, sino de entender cómo afectan al equilibrio del cuero cabelludo y por qué elegir una fórmula más respetuosa puede marcar la diferencia a corto y largo plazo.
¿Por qué evitar los sulfatos?
Los sulfatos como el Sodium Lauryl Sulfate (SLS) o el Sodium Laureth Sulfate (SLES) se utilizan desde hace décadas por su capacidad espumante y su potencia limpiadora. Sin embargo, su acción detergente es tan agresiva que puede eliminar los lípidos naturales que forman la barrera protectora del cuero cabelludo, dejando la piel expuesta, deshidratada y vulnerable.
Esta alteración del manto hidrolipídico provoca reacciones compensatorias: más grasa, más sensibilidad, más desequilibrio. Y con el tiempo, el entorno del folículo se debilita. Los resultados visibles suelen ser picor, descamación, pérdida de volumen y, en muchos casos, caída estacional más marcada.
El cambio a un champú sin sulfatos permite preservar esa barrera natural, mantener el pH equilibrado y facilitar que el cuero cabelludo recupere su función de defensa. Los tensioactivos suaves —como el Sodium Cocoyl Isethionate o el Disodium Cocoyl Glutamate— limpian eficazmente sin provocar este efecto rebote. Es un cambio que se nota no solo en la sensación, sino también en el comportamiento general del cabello.
Champú sin siliconas: qué beneficios tiene eliminar este ingrediente
Las siliconas se han utilizado durante años para mejorar la experiencia sensorial del champú. Proporcionan suavidad inmediata, facilitan el peinado y aportan un brillo superficial que a simple vista puede parecer saludable. Pero no lo es. Al recubrir la fibra con una película sintética, las siliconas impiden que otros activos penetren, favorecen la acumulación de residuos y alteran la respiración del cuero cabelludo.
Muchas siliconas no son solubles en agua, lo que significa que se van acumulando con cada lavado. Y si no se eliminan con sulfatos, se quedan ahí: creando una falsa sensación de suavidad que enmascara un cabello opaco, sin volumen, con textura irregular y cada vez más dependiente del producto.
Eliminar las siliconas implica dejar que el cabello respire. La transición puede durar algunas semanas —en las que el pelo puede sentirse más seco o áspero—, pero después mejora la receptividad a tratamientos, gana cuerpo y revela su textura natural. Es un paso fundamental para quienes buscan resultados reales, especialmente en cabellos finos, rizados, con color o propensos al encrespamiento.
Champú sin sulfatos ni siliconas ni parabenos: el combo más limpio
Cuando se eliminan sulfatos, siliconas y parabenos, se consigue una fórmula mucho más afín a la fisiología de la piel y la fibra capilar. Esta combinación —cada vez más habitual en marcas exigentes— da lugar a productos que no solo evitan lo problemático, sino que apuestan por ingredientes funcionales y activos botánicos de alta tolerancia.
Los parabenos, aunque seguros en las concentraciones permitidas, son rechazados por muchos consumidores por precaución o por experiencia de sensibilidad. Hoy se reemplazan por alternativas como el benzoato de sodio, el ácido levulínico o el sorbato potásico, que garantizan estabilidad microbiológica sin generar reactividad.
Este enfoque triple es especialmente recomendable para:
- Cuero cabelludo sensible o reactivo.
- Cabello con caída estacional o falta de densidad.
- Cabellos rizados u ondulados que siguen el método curly.
- Usuarios que desean reducir su exposición a ingredientes sintéticos acumulativos.
Además, este tipo de fórmulas suelen incorporar extractos calmantes (como aloe vera, caléndula o manzanilla), emolientes naturales y proteínas hidrolizadas que refuerzan la fibra desde el lavado. La experiencia es diferente: menos artificial, más profunda, más respetuosa.
Shampoo sin sal: ¿es lo mismo que sin sulfatos?
No. La expresión “sin sal” se refiere normalmente a la ausencia de cloruro sódico (NaCl), un ingrediente que a veces se incluye como espesante. Su eliminación es relevante tras ciertos tratamientos como alisados con queratina, ya que ayuda a prolongar sus efectos.
Pero la sal no tiene una función limpiadora: su presencia o ausencia no determina si un champú es suave o agresivo. Un producto “sin sal” puede seguir incluyendo sulfatos potentes. Por eso, es esencial mirar el INCI completo y no dejarse guiar solo por reclamos en el envase.
Si el objetivo es cuidar el cuero cabelludo, mantener el color, mejorar la textura o prevenir la irritación, es más importante buscar fórmulas sin sulfatos que fórmulas sin sal.
Champús sin sulfatos del supermercado: ¿son una buena opción?
Cada vez hay más champús sin sulfatos disponibles en supermercados y grandes superficies. Y aunque esto supone un avance, no todos ofrecen los mismos resultados. Muchas veces, estos productos eliminan los sulfatos más conocidos pero incluyen otros tensioactivos más baratos y menos eficaces. O bien prescinden de siliconas pero usan fragancias fuertes o alcoholes secantes.
Además, la calidad de los extractos botánicos o la concentración de principios activos suele ser inferior. Es habitual encontrar fórmulas largas, con muchos ingredientes, pero pocos realmente funcionales. Y eso, en el día a día, se traduce en una experiencia que no mejora la salud del cabello ni del cuero cabelludo.
Por eso, si se busca un cambio real, lo mejor es acudir a fórmulas estudiadas, con base científica, y orientadas a resolver necesidades específicas.
¿Qué tipo de cabello se beneficia más?
Uno de los errores más comunes es pensar que los champús sin sulfatos y sin siliconas son solo para cabellos rizados o teñidos. La realidad es que cualquier tipo de cabello puede beneficiarse de este tipo de formulaciones, siempre que estén bien diseñadas.
- Cabello fino: gana cuerpo, pierde la dependencia del acondicionador con siliconas y se mantiene limpio durante más tiempo.
- Cabello rizado: preserva la forma natural del rizo, evitando la rotura del patrón y la sequedad.
- Cabello teñido: el color dura más y el cuero cabelludo se mantiene estable, sin descamaciones.
- Cabello graso: mejora el equilibrio del sebo, sin el efecto rebote que producen los sulfatos fuertes.
- Cuero cabelludo sensible: se reduce el picor, el enrojecimiento y la sensación de tirantez.
En resumen: no es una cuestión de moda, sino de fisiología. Cuanto más afinada es la fórmula a las necesidades reales del cabello, más notables son los beneficios.
¿Qué esperar durante la transición?
Cambiar a un champú sin sulfatos ni siliconas puede requerir una breve fase de adaptación. Durante las primeras semanas, es posible que:
- El cabello se sienta más seco o menos suave.
- Aparezca algo de encrespamiento.
- Se requiera más tiempo para notar resultados evidentes.
Esto ocurre porque el cabello está acostumbrado a la película de las siliconas y a una limpieza agresiva. Al recuperar su estado natural, puede tardar en equilibrarse. La clave está en ser constante y complementar con productos de tratamiento compatibles (como mascarillas sin siliconas o aceites vegetales).
A partir de la tercera o cuarta semana, la mayoría de las personas nota un cambio claro: más volumen, mejor textura, menor necesidad de lavado y un cuero cabelludo más calmado.
Mitos frecuentes sobre los champús “limpios”
1. No hacen espuma, así que no limpian.
Falso. Muchos champús sin sulfatos sí generan espuma gracias a tensioactivos suaves. Y la espuma no es indicativo de limpieza.
2. No dejan el cabello tan suave.
Depende. La suavidad de las siliconas es cosmética y temporal. Los champús limpios no ocultan los daños, pero ayudan a repararlos desde dentro.
3. Son solo para personas con alergias o sensibilidad.
Falso. Son una opción eficaz y respetuosa para cualquier persona que quiera mejorar la salud capilar.
4. Hay que lavarse el pelo más a menudo.
Lo contrario suele ser cierto: al no alterar la producción de sebo, el cabello dura limpio más tiempo.
Cómo leer correctamente un INCI
El INCI (International Nomenclature of Cosmetic Ingredients) es la lista de ingredientes de cualquier producto cosmético. Aprender a interpretarlo es clave para saber si un champú es realmente adecuado.
- Los ingredientes se listan en orden decreciente de concentración.
- Los primeros cinco ingredientes representan la base principal del producto.
- Busca tensioactivos como Sodium Cocoyl Isethionate, Disodium Cocoyl Glutamate o Coco-Glucoside.
- Evita ingredientes como Sodium Lauryl Sulfate, Dimethicone o Cyclopentasiloxane si quieres una fórmula sin sulfatos ni siliconas.
- Elige fórmulas con pocos perfumes sintéticos o alcoholes desecantes si tienes cuero cabelludo sensible.
Cuanto más corto y comprensible es un INCI, más limpia y funcional suele ser la fórmula.
¿Qué ingredientes naturales funcionan mejor como alternativa?
Uno de los grandes avances de la cosmética capilar de los últimos años ha sido demostrar que los ingredientes naturales, correctamente seleccionados y formulados, pueden ofrecer resultados equivalentes —o incluso superiores— a los ingredientes sintéticos tradicionales. En el caso de los champús sin sulfatos ni siliconas, se utilizan principios activos con funciones específicas que respetan tanto la fibra capilar como el cuero cabelludo.
Entre los más efectivos destacan:
- Tensioactivos derivados del coco: como el Sodium Cocoyl Isethionate o el Coco-Glucoside. Limpian suavemente sin resecar.
- Extractos botánicos calmantes: como aloe vera, caléndula, manzanilla o avena coloidal. Reducen el picor y la inflamación.
- Proteínas vegetales hidrolizadas: de trigo, arroz o avena. Reforzantes y reparadoras.
- Aceites vegetales ligeros: como jojoba, argán, semillas de uva o nuez de macadamia. Nutren sin apelmazar.
- Aceites esenciales purificantes: como romero, lavanda, salvia, menta. Estimulan la circulación y aportan frescor natural.
Estos ingredientes, usados en sinergia, permiten tratar el cuero cabelludo como una extensión de la piel del rostro: con respeto, sin agredir, y con una funcionalidad claramente orientada al bienestar.
¿Cómo combinar el champú con otros productos sin siliconas?
Cambiar de champú es un excelente primer paso, pero para conseguir resultados duraderos y visibles es importante revisar también el resto de la rutina capilar. Mascarillas, acondicionadores y aceites deben seguir la misma lógica: sin siliconas, sin parabenos, y con activos reales.
Una rutina completa sin siliconas puede incluir:
- Champú sin sulfatos ni siliconas: limpia sin resecar.
- Acondicionador vegetal o bálsamo ligero: facilita el desenredado sin recubrir.
- Mascarilla semanal con proteínas o aceites vegetales: repara la fibra desde dentro.
- Sérum o aceite ligero: aporta brillo, protege del calor y sella las puntas sin crear dependencia.
- Lociones o tratamientos específicos para el cuero cabelludo (si hay caída, grasa o picor).
Una de las claves para que esta rutina funcione es la constancia. A diferencia de los productos convencionales que prometen resultados instantáneos, las fórmulas limpias actúan con efecto acumulativo: cuanto más tiempo se utilizan, más mejora la salud capilar.
¿Qué tipo de resultados puedes esperar a los 30, 60 y 90 días?
El cambio a una rutina sin sulfatos ni siliconas tiene un impacto real, pero no siempre inmediato. Los resultados se manifiestan de forma progresiva:
A los 30 días:
- Reducción del picor o irritación del cuero cabelludo.
- El cabello se ensucia con menor rapidez.
- Aparece más volumen en raíces.
A los 60 días:
- La fibra capilar gana elasticidad y se rompe menos.
- Se reduce la caída estacional.
- Mejora el patrón natural del rizo o la forma del peinado.
A los 90 días:
- Mayor densidad visual.
- Cuero cabelludo más equilibrado, sin exceso de grasa ni sequedad.
- Brillo duradero y textura más manejable.
Este tipo de transformación es lo que marca la diferencia entre una rutina puramente estética y una rutina que realmente mejora la salud capilar desde el origen.
Rutina de cuidado capilar recomendada con champús sin sulfatos
A continuación, te dejamos una guía práctica para adaptar tu rutina según tu tipo de cabello. Todos los pasos están pensados para trabajar con champús sin sulfatos ni siliconas:
Cabello fino:
- Lavado cada 2-3 días con champú sin sulfatos.
- Acondicionador ligero solo de medios a puntas.
- Sérum voluminizador en raíz (sin alcohol ni siliconas).
- Mascarilla fortificante 1 vez por semana.
Cabello graso:
- Lavado frecuente (1 día sí, 1 día no) con tensioactivos suaves.
- Acondicionador vegetal una vez por semana.
- Exfoliante de cuero cabelludo una vez cada 10 días.
Cabello teñido o dañado:
- Lavado 2 veces por semana con champú sin sulfatos + protector de color.
- Mascarilla nutritiva con proteínas cada 5 días.
- Aceite sellador antes del secado.
Cabello rizado o muy seco:
- Técnica de co-lavado o lavado espaciado.
- Acondicionador denso después de cada lavado.
- Mascarilla ultra-hidratante semanal.
- Leave-in sin siliconas para mantener definición.
Cada cabello es distinto, pero una rutina adaptada a las necesidades reales y sostenida en el tiempo marca una diferencia notable tanto en la salud como en el aspecto final.
Champú sin sulfatos ni siliconas: ¿cuándo es una moda y cuándo una necesidad real?
Durante años, el uso de champús sin sulfatos ni siliconas se vinculó a ciertos perfiles de usuario: personas con sensibilidad, cabello rizado o seguidores del movimiento eco. Pero hoy en día, cada vez más personas descubren que este tipo de fórmulas simplemente les funcionan mejor. Que su cabello responde mejor, dura más tiempo limpio, recupera su textura y mejora su estado con el uso.
Este cambio no se debe a una moda pasajera, sino a una toma de conciencia. A la constatación de que los productos de siempre ya no dan los resultados de antes. Que lo que parecía funcionar en realidad estaba ocultando un problema.
Si tu cabello ha cambiado, si tu cuero cabelludo reacciona, si sientes que necesitas lavarlo con más frecuencia o que ya nada te funciona como antes, puede que el origen esté en el champú.
Cambiar de fórmula no es un acto radical. Es un gesto inteligente. Y cuando eliges bien —cuando eliges un champú que trata en lugar de cubrir, que respeta en lugar de arrasar— los resultados llegan. Se notan. Y se mantienen.