El féretro del papa Francisco ha llegado ya a la basílica Santa María la Mayor, donde el pontífice pidió expresamente ser enterrado. Las campanas repican y miles de personas se aglomeran en las calles colindantes para dar el último adiós a Bergoglio. Entre aplausos, los sediarios vuelven a cargar con el ataúd del Papa para entrar con él a la Iglesia. La inhumación se realizará en una ceremonia íntima.