
Doce medidas que los países europeos siguen sin adoptar para intentar frenar el genocidio israelí en Gaza

La Franja de Gaza está siendo sometida a un experimento en el que los desplazamientos forzados por el Ejército israelí arrinconan cada vez más a la población palestina. Las nuevas áreas designadas por Israel como zonas a evacuar siguen extendiéndose por todo el territorio, y los lugares a los que huye la gente también son bombardeados.
Observándolo en un mapa se entiende mejor: las áreas de color rojo son todas aquellas ocupadas ilegalmente por las fuerzas armadas de Israel. La flecha amarilla indica hacia dónde tienen que desplazarse -y apelotonarse, confinarse y enlatarse- las personas palestinas. Son campos de concentración, sin apenas letrinas, sin agua potable, sin alimentos ni medicinas suficientes.

En otra vuelta de tuerca más, el Ejército israelí, coordinado con grupos armados estadounidenses, obliga a la población a desplazarse kilómetros hacia tres puntos específicos para conseguir comida. En esos procesos de reparto las fuerzas israelíes han disparado a civiles y han matado a decenas de personas.
Estas nuevas masacres, dentro de un gueto en el que se está cometiendo un genocidio, demuestran que esas áreas fueron designadas, en sí mismas, como zonas militares. En conversaciones telefónicas con personas de Gaza a las que conozco desde hace años, se repiten los mismos relatos: la gente tiene que caminar kilómetros, a veces durante más de dos horas, para acercarse a esos tres únicos puntos. Muchos de quienes lo hacen, no logran ni un pequeño paquete de alimentos. Vuelven con las manos vacías, si es que vuelven.
Esta semana un niño relataba cómo su madre fue una de las asesinadas en el último tiroteo israelí contra las filas de personas que aguardaban la ayuda. “Como si fueran los juegos del hambre”, me dice una mujer de Gaza, en referencia a este perverso sistema de suministro de alimentos por goteo.
A ello se suma la confirmación de la existencia en Gaza de bandas armadas por Israel, para provocar el caos y justificar la prolongación de los bombardeos. Estamos describiendo un nivel de criminalidad y perversión escalofriante, con el que se concretan las condiciones para impulsar lo que oficiales israelíes describen como “emigración voluntaria”, un eufemismo para hablar de expulsión. Este sábado las imágenes de niños y niñas palestinos muertos y heridos en Gaza han vuelto a inundar las agencias de noticias.
El suministro de alimentos por goteo, los ataques y el arrinconamiento concretan condiciones para lo que Israel llama, eufemísticamente, 'emigración voluntaria'
La credibilidad de la UE
A pesar de esto, la reacción de la comunidad internacional occidental sigue sin llegar. Solo hay gestos o condenas verbales, en el mejor de los casos. En su informe de esta semana, el International Crisis Group recuerda a Europa que “las palabras no son suficientes”.
No basta con hacer declaraciones, condenar, solicitar, exigir o aprobar resoluciones que Israel ignora desde hace décadas. Menos aún, si al mismo tiempo se mantienen relaciones comerciales, diplomáticas o armamentísticas con Tel Aviv. Las Cortes de La Haya han dado herramientas a los Estados para que cumplan sus obligaciones, para que presionen a Israel, pero los países europeos siguen sin actuar.
Esta semana la secretaria general de Amnistía Internacional, Agnes Callamard, subrayó que “la credibilidad se perdió hace 19 meses, como resultado de la complicidad o inacción de Occidente ante el genocidio israelí en Gaza. Y se necesitará mucho más que palabras para restaurarla”. Del mismo modo se expresaba el pasado miércoles la relatora de la ONU para Palestina, Francesca Albanese, señalando que “Occidente sacrificó su credibilidad a lo largo de décadas de luz verde garantizada a Israel”, mientras extendía su ocupación ilegal y su régimen de apartheid.
Ante un titular en el que un medio de comunicación se pregunta si Europa está finalmente modificando su posición ante Israel, Albanese, dirigiéndose a los dirigentes europeos, pregunta: “Europeos ¿entendemos cuán inútiles e hipócritas somos, si el cambio de actitud hacia Israel sigue siendo un signo de interrogación, en lugar de una decisión firme en un momento tan aborrecible de la historia?”. En el mismo sentido, el International Crisis Group señala, en su nuevo informe, que “la inacción de Europa pasará a la historia como una de sus mayores fallas morales en la historia reciente”.
Son numerosas las medidas que los países europeos podrían adoptar -y no lo han hecho, veinte meses después-. Hace unos días las principales organizaciones civiles palestinas de derechos humanos, así como relatores de la ONU e integrantes de la Asociación Española de Profesores de Derecho Internacional han vuelto a recordar las obligaciones de la comunidad internacional.
La credibilidad se perdió hace 19 meses, como resultado de la complicidad o inacción de Occidente ante el genocidio israelí en Gaza. Se necesitará mucho más que palabras para restaurarla
Medidas
He aquí algunas acciones que los gobiernos europeos pueden y deben llevar a cabo ya para intentar frenar el genocidio israelí en Gaza, siguiendo sus obligaciones internacionales:
1.- Cumplir el dictamen de la Corte Internacional de Justicia del pasado mes de julio de 2024, que pide a los países medidas para impedir “relaciones comerciales y de inversión” que refuercen, faciliten o mantengan la ocupación ilegal israelí. Esto afectaría no solo al comercio armamentístico, sino a todas las transacciones con empresas que operan y hacen negocio a costa de los Territorios Ocupados Palestinos.
Sin embargo, la Unión Europea mantiene a día de hoy su Acuerdo de Asociación comercial preferencial con Israel, cuyo artículo dos exige a las partes respeto a los derechos humanos. El pasado mes varias naciones de la UE solicitaron la revisión de dicho acuerdo, que no es lo mismo que pedir la suspensión del mismo. La Comisión Europea está estudiando -a estas alturas- si Israel viola o no ese artículo 2.
2.- Imponer un embargo integral de armamento, tal y como solicitan relatores de Naciones Unidas, citando a la Corte de La Haya. Un embargo integral supone prohibir exportaciones de armamento a Israel, tránsitos por territorio europeo e importaciones. Las compras de material militar a Israel contribuyen activamente a engrosar las arcas de empresas armamentísticas de Israel que juegan un rol relevante en la ocupación ilegal.
Precisamente esta semana Israel anunció que las exportaciones de armamento israelí en 2024 crecieron hasta alcanzar un nuevo récord histórico: 14.700 millones de dólares. El 54% de esos envíos de material militar israelí tuvieron como destino Europa, en pleno genocidio en Gaza, frente al 35% de 2023. “El mundo ve la fortaleza de Israel y busca ser un socio en ella”, dijo el ministro de Defensa israelí este miércoles, presumiendo de su logro. “Esto significa que, más que nunca, la acción europea para detener las operaciones israelíes es crucial”, indica la investigadora Mariav Zonszein, del International Crisis Group.
Veinte meses después del inicio de las matanzas, las naciones de la UE mantienen compras y/o importaciones de armamento a Israel, Reino Unido ha seguido exportando piezas para aviones de combate y el canciller de Alemania aseguró esta semana que continuará enviando material militar a territorio israelí.
Israel anuncia récord de exportaciones de su armamento en 2024, con el 54% de ellas a Europa, frente al 35% de 2023. En pleno genocidio
3.- Cumplir la Convención sobre Genocidio, que obliga a “prevenir y sancionar el genocidio”. Las naciones de la UE son firmantes de esta Convención, pero siguen sin actuar. No han adoptado medidas de presión concretas para intentar prevenirlo ni han aprobado ni aplicado sanciones.
4.- Asegurarse de que ciudadanos, autoridades, empresas o entidades bajo su jurisdicción no actúen contribuyendo a la ocupación ilegal israelí o reconociéndola de algún modo. Así lo establecen las obligaciones internacionales y la resolución de la Asamblea General de la ONU del pasado septiembre de 2024, aprobada con el voto a favor de 124 países, incluido España. Sin embargo, no se han tomado las acciones necesarias para garantizar su cumplimiento.
Otras resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU también piden el fin de la ocupación ilegal israelí, lo que obliga a los Estados miembros a no actuar de forma que ésta sea normalizada, como han hecho durante años.
5.- Aplicar sanciones, incluidas “la prohibición de viajar y la congelación de activos, contra las personas físicas y jurídicas que contribuyan al mantenimiento de la presencia ilegal de Israel en el Territorio Palestino Ocupado”.
No hay iniciativas de este tipo impulsadas por los Estados europeos, y así lo lamenta el International Crisis Group: “Ni la UE ni ningún gobierno europeo han sugerido formalmente sancionar a funcionarios o militares israelíes”, ni a políticos cuya retórica ha sido calificada “como incitación al genocidio”.
6.- Suspensión inmediata de relaciones diplomáticas, económicas y armamentísticas. Ningún país europeo ha cerrado su embajada en Israel, ninguno ha cortado relaciones diplomáticas con Tel Aviv y todos tienen relaciones comerciales con Israel. El Estado israelí es, a través de sus políticas y de su Ejército, el máximo impulsor de la ocupación ilegal y del apartheid.
Miembros de la Asociación Española de Profesores de Derecho Internacional piden acciones específicas a la UE y a los Estados, en particular a España
7.- Suspensión de la ayuda a Israel o condicionarla exigiendo a cambio el fin del genocidio y de la ocupación ilegal. Hace unas semanas España envió dos aviones para ayudar al Gobierno israelí a extinguir un gran incendio. Madrid aportó esa asistencia mientras el Ejército ocupante bloqueaba la entrada de alimentos en Gaza y seguía masacrando a la población palestina.
8.- Suspender ejercicios militares conjuntos con el Ejército israelí. Recientemente las Fuerzas Aéreas españolas volvieron a participar en un entrenamiento de combate conjunto con varios ejércitos, incluido el israelí.
9.- Garantizar la rendición de cuentas de Israel ante la justicia. Para ello los Estados de la UE podrían personarse en las Cortes de La Haya, como ha hecho Sudáfrica, o posicionarse en favor de la demanda presentada contra Israel por genocidio -no, ningún gobierno europeo ha apoyado esta demanda- o iniciar una denuncia propia.
La existencia de muchos ciudadanos israelíes con nacionalidad europea facilita la posibilidad de presentar denuncias en tribunales de la UE. Del mismo modo, la existencia de víctimas palestinas con nacionalidad europea también posibilita las denuncias y la apertura de investigaciones en tribunales de países europeos. Esta semana una mujer francesa ha interpuesto una demanda en Francia por el asesinato de sus dos nietos palestinos en Gaza.
10.- Los países de la UE deben respetar y garantizar el cumplimiento de las órdenes del otro gran Tribunal de La Haya, la Corte Penal Internacional, como firmantes del Estatuto de Roma. Sin embargo, varias naciones de la UE han expresado escepticismo ante la orden de detención contra el primer ministro israelí Benjamin Netanyahu, e incluso han cuestionado la posibilidad de su cumplimiento. No solo lo han hecho Hungría, Austria, Italia, Alemania o Países Bajos. Francia llegó a emitir un comunicado por escrito en este sentido.
La inacción de Europa pasará a la historia como una de sus mayores fallas morales en la historia reciente
11.- Suspender a Israel de Eurovisión, de la UEFA y congelar la cooperación con Tel Aviv de organismos e instituciones europeas, incluidas las universidades. Como recuerda el Crisis Group, “el continente [europeo] es, en muchos sentidos, la puerta de entrada de Israel al mundo” y “ha acogido con satisfacción la participación israelí en sus propias estructuras deportivas, culturales y de investigación”.
12.- Actuar para convertir los gestos y las palabras en hechos, y sin dobles raseros. Irlanda, Noruega o España han reconocido el Estado palestino. Pero sin acciones de presión específicas y continuadas, esto solo es un gesto simbólico. Hace dos semanas el Gobierno israelí anunció veintidós nuevos asentamientos en Cisjordania, la mayor expansión en las últimas tres décadas.
Por eso, el International Crisis Group recuerda que el reconocimiento del Estado palestino “en sí mismo contribuirá poco al fin del conflicto, a menos que se tomen medidas concretas” para el alto el fuego y para “frenar la expansión de los asentamientos israelíes” que ocupan y trocean el territorio palestino.
Tras veinte meses de genocidio, los países de la UE no podrán decir que hicieron lo que debían
Repercusiones internacionales
La normalización de las relaciones con Israel permite el crecimiento de su impunidad. Si no hay rendición de cuentas, las matanzas y la limpieza étnica en Palestina tendrán repercusiones muy serias a medio y largo plazo en todo el mundo, contribuyendo al recorte de derechos y libertades y normalizando el uso de la fuerza bruta. Por eso requieren una respuesta capaz de reforzar la política, la justicia internacional y los derechos humanos.
Estados Unidos ha facilitado y financiado los crímenes israelíes. Es el mayor contribuyente de las masacres de Israel. Pero eso no significa que otros países no sean cómplices o que no tengan capacidad de acción. El genocidio en Gaza se ha convertido en uno de los acontecimientos más importantes de nuestro presente, pero los Estados europeos siguen sin afrontar este hecho.
Ante situaciones de injusticia, el mantenimiento de las relaciones y la falta de presión contribuyen a que los crímenes se perpetúen. Tras veinte meses de genocidio, las naciones de la Unión Europea no podrán decir en el futuro que hicieron lo que debían.
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