El Prismático es el blog de opinión de elDiario.es/aragon.
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Es el eslogan con el que las derechas convocan a la gente a una manifestación contra el Gobierno. Es un acto más, no será el último, de esa campaña desatada por el peperío y facherío patrio, invocando la patria, el bien común y a los españolitos y españolitas, que lo único que busca y pretende es derribar el legítimo gobierno salido de las urnas y que nunca han reconocido. El acto es uno más de esa cínica y mentirosa campaña orquestada contra el sanchismo pero que, no se dejen engañar, es contra la libertad del voto soberano de la ciudadanía, y es contra la democracia como forma de gobierno decidida por la soberanía del pueblo que la ejerce a través de representantes elegidos y elegidas en unas elecciones libres y democráticas. La campaña, desaforada, con medios económicos y humanos para ello, con la complicidad de la caverna mediática, con el apoyo de esa fauna tertuliana comprada y con millones de euros invertidos en ese estercolero en el que han convertido las redes sociales, no es en defensa de la democracia que nadie, salvo ellos y ellas, amenaza. Es a favor de sus intereses, de sus negocios, de sus amigos y amigas, de desmantelar el estado social, de privatizar los servicios públicos, de servir al liberalismo salvaje. cuyos máximos exponentes son Trump y Milei.
Hace tiempo, años, que la política se ha convertido en una selva plagada de alimañas. No hay discurso, ni debate, democrático. Es un mundo de 'fakes', de polarización, de verdades mentirosas, de realidades inventadas, de medias verdades, de simplificaciones que pervierten el lenguaje, que desnaturalizan las palabras, que reducen a la mínima expresión la capacidad de análisis y que se utiliza para desacreditar al adversario, que impone consignas y que desfigura la realidad. Las técnicas empleadas no son nuevas, ya las puso en práctica Goebbels. El encargado del ministerio de propaganda nazi se dedicó a saturar los espacios mediáticos (no había redes sociales entonces), repetía una y otra vez consignas y eslóganes simples. Se apoyaba en las emociones y sentimientos antes que en la razón. La propaganda nazi hizo que la gran mayoría del pueblo alemán se situara. Todo era blanco o negro, conmigo o contra mí. Hoy, las derechas españolas quieren situarnos conmigo o con la mafia. Si tratamos de escapar del simplismo al que quieren llevarnos, si abrimos las puertas al razonamiento, veremos que una mafia es una organización vertical, controlada y dirigida por el capo, que está al margen de la ley, que controla espacios mediante la amenaza, la corrupción, el miedo y el asesinato si hace falta. Una mafia tiene como único objetivo, el beneficio de quienes la integran. Una mafia no busca el bien común, ni el interés general. La estrategia persistente en el ataque, en el descrédito del Gobierno, el amplificar el supuesto caos y desorden, da un paso más. Ahora la pretensión es tildar al Gobierno de 'mafia'. Es evidente que lo que pretenden es quitar legitimidad a cualquier medida que adopte, tratan de convertir cualquier negociación en un chantaje y, sobre todo, tratan de imponer su mensaje que no es otro que el de derribar al gobierno.
Hagámonos unas preguntas: ¿es una mafia un Gobierno que lo es gracias a unas elecciones libres? ¿Si Sánchez fuera el capo habría habido subidas del SMI, revalorización de las pensiones, escudos sociales en las diferentes crisis? ¿Si el Gobierno fuera una mafia sería la economía española de las más boyantes, habría disminuido el paro como lo ha hecho en los últimos cinco años? ¿Habría prensa hablada y escrita empeñada en desacreditar a esa “mafia” que nos gobierna? ¿Una “mafia” que gobernara permitiría las acciones judiciales contra ministros, fiscales, amigos, amigas, esposas, hermanos... de los capos que la integran? ¿Autorizaría una mafia una manifestación contra ella?
Ciertamente el PSOE, y el Gobierno, han cometido errores. Hay cierta opacidad en algunos asuntos, no han ejercido con la contundencia necesaria su responsabilidad en algunos episodios, han pecado de autosuficiencia en ocasiones, no han cumplido compromisos programáticos, han recurrido a veces al “y tú más”. Pero todo eso no convierte al Gobierno, ni al PSOE, en una organización mafiosa. No deja de ser una ironía, una burda mentira, que quienes convocan para combatir esa presunta mafia que nos gobierna, tienen en su mochila las tramas Gürtel, Lezo, Púnica, Erial, Kitchen y otras cuantas más que, por ahorro de espacio, no relaciono. Este gobierno, al que tratan de mafioso, nunca puso en marcha una ilegal, y mafiosa, “policía patriótica”, que utilizó efectivos, medios y recursos del Departamento y de las Fuerzas y Cuerpos de la Seguridad del Estado, con fines políticos, al servicio del gobierno del PP de Rajoy.
No me resisto a comparar la gestión de este “desastroso gobierno” de las crisis vividas (covid, danas varias, erupciones, aranceles trumpianos…) con la gestión de gobiernos del PP (Prestige, Yak 42, 11M) o las más recientes (residencias en Madrid, Dana en valencia). Esta es otra técnica mafiosa que se apoya en el autoritarismo del “yo lo hago siempre bien” y “los demás lo hacen mal”. Así, circunstancias como el apagón (en muchos países los ha habido y se han resuelto peor), el robo de cables del AVE (también pasó con gobiernos del PP), se utilizan para, a la manera goebeliana, imponer el relato del caos en el país. Seguramente, arropados y arropadas con la bandera, veremos defender la democracia a “demócratas” que evaden impuestos, que firman protocolos de la vergüenza que dejan morir en las residencias a ancianos y ancianas, que consideran que el franquismo fue necesario, que son machistas empedernidos, que convierten la educación y la sanidad en un negocio, que consideran cultura la tortura de un animal en un ruedo, que se declaran admiradores/as de campeones del ultraliberalismo y “defensores de la democracia” como son Trump y Milei.
En definitiva, este gobierno “mafioso” y “antidemocrático” verá a gentes que no creen en la democracia decir que la defienden. Lo triste es que lo veremos todas y todos porque, ya lo verán, en un par de días no se hablará de otra cosa. Esta gente utilizará, una vez más, a cientos de ciudadanos/as que, sin pensarlo, haciendo cierta aquella expresión de Machado sobre las cabezas que piensan o embisten, les bailarán el agua. La democracia no es perfecta, pero merece un respeto y desde luego no la respetan quienes banalizan con ella, la utilizan en su propio interés y la convierten en un elemento de confrontación.
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