Sumar trata de salvar la nueva crisis abierta con el órdago de Compromís

LEER ESTE TEXTO EN CATALÁN
Sumar está al borde de un nuevo desmembramiento. Compromís debate este lunes si salir o no del grupo parlamentario, una decisión que dejaría a la coalición de Yolanda Díaz todavía más tocada, con menos peso en el Congreso y una imagen de división poco estimulante para el electorado en el ecuador de la legislatura, a menos de dos años para las próximas generales y con la oposición en pleno reclamando un adelanto electoral. Las conversaciones se han intensificado en las últimas horas para tratar de evitar la ruptura.
Compromís arrastra un importante enfado desde que el pasado viernes se registrara el plan de trabajo de Sumar para la comisión de la DANA en el Congreso. La coalición valencianista ha impulsado desde el principio todas las iniciativas sobre este asunto y buscaba también liderar el diseño de las peticiones para los interrogatorios en la comisión. Dentro de una larga lista, propusieron al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez.
Ese viernes se produjo un tenso choque dentro del grupo parlamentario porque gran parte de la dirección, en la que Movimiento Sumar, el partido de Díaz, es mayoritario, no aceptaba llamar al líder socialista. No solo porque entendían que tiene poco sentido al formar parte de un Gobierno con el PSOE, también porque lo consideraban un error estratégico. Finalmente, el grupo presentó un plan de trabajo pero sin lista de comparecientes, lo que desató el enfado de los valencianos.
La coalición acusó a Sumar de haber cometido una deslealtad. En los últimos días han recordado que el acuerdo de coalición dejaba los asuntos valencianos en sus manos y no entienden que se les haya quitado autonomía de acción en un asunto tan importante como este, la investigación del temporal que se llevó la vida de 228 personas el pasado 29 de octubre.
Compromís, dividido por la ruptura
Esta semana, los tres partidos que componen Compromís han celebrado debates en sus órganos internos para decidir si se quedan o siguen en el grupo parlamentario. Més, la formación mayoritaria y de corte más valencianista, aprobó por unanimidad salir del grupo parlamentario “para garantizar la capacidad de defender los intereses valencianos”. “La ejecutiva de Més ha reafirmado su compromiso con la estabilidad del gobierno de coalición del Estado, la aprobación de medidas progresistas y la defensa del programa electoral con el que concurrió a las elecciones generales”, indicaron en un comunicado. Consideran que Sumar no ha cumplido el acuerdo que firmaron hace dos años para ir juntos a las elecciones generales, que implica que los valencianistas decidían sobre los temas valencianos, y la comisión de la DANA ha sido la gota que colma el vaso.
En Iniciativa, la formación de Mónica Oltra, la posición es radicalmente contraria. Decidieron por unanimidad continuar en el grupo y “ampliar las alianzas”. “Cuando no hay consenso, statu quo”, es la posición que traslada la formación ecofeminista y que en Sumar confían que se imponga en medio del caos. La rama que encabeza el diputado Alberto Ibáñez cree una mejor estrategia mantener la unidad de la izquierda de cara a futuros comicios para no hacerle el juego al PP. Los verdes, tercera pata, también abogan por salir del grupo parlamentario Sumar.
La coalición debe convocar a sus órganos de gobierno, donde están representadas las tres ramas y dirigentes sin filiación, como el exalcalde de València, Joan Ribó. En la ejecutiva de Compromís no se vota, sino que se trata de llegar a un acuerdo tras una deliberación conjunta. La tendencia en los últimos años ha sido buscar un acercamiento de posiciones, aunque la sombra de la fractura vuelve a planear.
El trauma de la alianza de 2016
El debate que se libra en Compromís evoca algunas reminiscencias de lo ocurrido en 2016. Entonces, tras las elecciones en las que Podemos y las confluencias sacaron 69 diputados, Compromís, que había ido a las elecciones con los de Pablo Iglesias, bajo la marca Compromís-Podemos-És el Moment, decidió no integrarse en el grupo parlamentario de la izquierda confederal y acabó con sus cuatro diputados en el Grupo Mixto.
También en aquel momento el argumento que dieron los valencianos tenía que ver con la autonomía. Justificaban que el pacto de coalición sellado contemplaba la petición de un grupo propio para la izquierda valenciana y que Podemos había incumplido la premisa al integrar a todas las confluencias en un mismo grupo de la izquierda confederal.
También entonces, la decisión de irse al Mixto dividió a las facciones del partido, principalmente al Bloc (ahora Més-Compromís), de Joan Baldoví, que defendía la salida, y a Iniciativa, con Mónica Oltra al frente en aquel momento.
En esta legislatura, Compromís ha dado más avisos a Sumar con la idea de reivindicar su liderazgo en las cuestiones sobre la agenda valenciana. Hace prácticamente un año, la coalición advirtió al Gobierno de que rompería el acuerdo de investidura si no tenía en cuenta la financiación valenciana a la hora de pactar una financiación singular para Catalunya, que en aquel momento negociaba Moncloa con la Generalitat.
Sumar busca vías de negociación
Sumar busca vías de negociación desde que saltara la crisis el viernes pasado. Tanto la portavoz de Sumar, Verónica Martínez, como otros diputados del grupo han apelado estos días al diálogo para tratar de resolver la crisis. En esa misma línea se han pronunciado la propia Díaz o el ministro de Cultura y portavoz de Movimiento Sumar, Ernest Urtasun.
El problema de la negociación es que para Sumar terminar llamando a Pedro Sánchez es una línea roja. No solo para el partido de Yolanda Díaz, que cuenta con diez diputados de 27 en el grupo, también para otras formaciones como Izquierda Unida.
La prioridad para la dirección del grupo son las víctimas de la DANA. Hay algunas voces que se abren a negociar llamar a ministros del Gobierno central en una fase más avanzada de la comisión, en el caso de que se acuerde trabajar en algún apartado sobre la reconstrucción de los efectos del temporal, un ámbito en el que los socialistas sí tienen responsabilidades, según entienden en Sumar.
Pero la comparecencia de Sánchez, razonan en el grupo, sería un error estratégico que lo que conseguiría es entregar la comisión a la derecha, reventarla para que las preguntas sobre la gestión de la DANA terminen en una retahíla de reproches sobre la causa de Begoña Gómez, de su hermano o del ‘caso Koldo’.
Algunas voces consultadas por este diario creen que en la crisis que protagoniza Compromís opera una estrategia electoral, con la coalición valencianista luchando por dar el sorpaso al Partido Socialista en la Generalitat. Quedan como máximo dos años para las próximas elecciones y todos los partidos empiezan a tomar decisiones ya en clave electoral.
Las fuentes consultadas, procedentes de diferentes partidos del grupo, confían en que la división con la que acude Compromís a su ejecutiva del lunes termine decantando la decisión hacia el rechazo a la ruptura. “Si esta operación termina en ruptura, vaya operación, ¿no?”, se pregunta un dirigente del espacio que cree que la necesidad de que de la ejecutiva salga una decisión de consenso evitará la ruptura.
Cualquier otro escenario sería para Sumar una catástrofe, un nuevo varapalo en apenas dos años de legislatura en los que el grupo plurinacional ha vivido de todo: de la escisión de Podemos a la salida de Íñigo Errejón envuelto en un escándalo por supuestos abusos sexuales. La coalición arrancó la legislatura con 31 escaños y si Compromís termina confirmando su órdago se quedaría en 25.
Pero el golpe sería mucho más simbólico que numérico para una coalición que se presentó a las elecciones con el marchamo de la unidad, después de haber logrado un pacto in extremis para que más de 15 formaciones de la izquierda en todo el territorio concurrieran bajo las mismas siglas.
De aquel pacto ya se han descolgado en estos dos años formaciones como Proyecto Drago, del exdirigente canario de Podemos Alberto Rodríguez, Alianza Verde, de Juantxo López de Uralde, y sobre todo Podemos, totalmente enfrentado al liderazgo de Yolanda Díaz y desde hace ya varios meses en una postura casi de oposición frontal al Gobierno de Pedro Sánchez. Una nueva escisión ahondaría no solo los problemas del grupo parlamentario, también de la coalición de partidos que se agrupan alrededor de Sumar y que han mostrado su intención de mantener una alianza amplia de izquierda para las próximas elecciones generales.
50