Una persona rocía con spray a otras seis en un bar cercano a la plaza de toros de Las Ventas

Seis personas han sido atendidas en el restaurante Casa Toro, frente a la plaza de Las Ventas, después de ser rociadas por un spray. En concreto, los servicios de Samur-Protección Civil se han desplazado hasta las inmediaciones del restaurante a las 22.30 de este domingo.
De los seis atendidos sobre el terreno, ninguno ha tenido que ser trasladado al hospital y todos han sido dados de alta en el lugar, según confirman a Somos Madrid fuentes de Emergencias. Tres de ellos han sufrido una crisis de ansiedad, dos han precisado asistencia por complicaciones respiratorias leves y el último de ellos ha sufrido una herida en un dedo.
Casa Toro está ubicado en el número 5 de la calle Julio Camba. Cuando se ha producido el suceso, el local estaba repleto de clientela, al coincidir con la tradicional Corrida de la Beneficiencia de la Feria de San Isidro. Este año ha coincido además con la faena del torero Morante de la Puebla, que ha salido a hombros por la puerta grande de Ventas. Desde el negocio confirman a este medio que “están en ello” al ser preguntados sobre si presentarán una denuncia, además de adelantar que este martes volverán a abrir con normalidad.
Este diario ha consultado tanto a fuentes municipales como de la Policía Nacional para conocer si hay detenidos, así como más detalles sobre lo ocurrido. Hasta el momento, ninguno de los dos cuerpos asume la investigación y ambos atribuyen su desarrollo al otro. “Agentes de la Policía Municpal se personaron, pero lo está llevando la Nacional”, indican desde el área de Seguridad del Ayuntamiento. “No hay denuncia ante Policía Municipal, que no llegó a actuar ya que cuando se personó en el local ya estaba desalojado”, matizan. “Nosotros ni siquiera hemos recibido el parte”, precisan por su parte desde el cuerpo estatal.
Casa Toro, un establecimiento muy conocido en la zona, es propiedad del empresario hostelero César Molero, cuya familia regentaba anteriormente el cercano restaurante La Tienta. Molero abandonó ese negocio por desavenencias con su socio, Ángel Martín, e inició este nuevo proyecto. En una pieza publicada recientemente en este periódico, Martín acusó a su antiguo aliado de protagonizar varios conflictos con residentes de la zona, a los que habría llegado a “pinchar ruedas de los coches y llamar a sus telefonillos a altas horas de la madrugada”.
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