Día de las Madres: un reconocimiento a la diversidad de vínculos y decisiones

Cada primer domingo de mayo se celebra el Día de la Madre, una fecha que tradicionalmente ha estado marcada por representaciones idealizadas de la maternidad, centradas en el sacrificio, la entrega y el amor incondicional. Sin embargo, la realidad es mucho más compleja y rica. En el ámbito de la protección a la infancia y la adolescencia, esta celebración nos ofrece una valiosa oportunidad para reflexionar sobre la diversidad de maternidades que existen, reconociendo con justicia y sensibilidad a todas aquellas mujeres que, desde distintos lugares, sostienen, acompañan o han tomado decisiones fundamentales sobre la vida de sus hijas e hijos.

Existen madres biológicas que han podido criar a sus hijos, otras que, por diversas circunstancias, se han visto en la necesidad de ceder su guarda a otra familia o a la administración. Están también las madres de acogida, que ofrecen su hogar de manera temporal y reparadora, y las madres por adopción, que construyen vínculos afectivos desde el compromiso cotidiano, haciendo familia desde la voluntad y el cuidado. Todas ellas comparten una experiencia de maternidad igualmente legítima, aunque marcada por contextos, tiempos y significados distintos. En esta pluralidad reside la riqueza de los vínculos humanos y la necesidad de que las instituciones adopten un enfoque inclusivo, ético y respetuoso en su acompañamiento.

El uso del término madre cedente ha venido a sustituir  el término de renuncia hospitalaria  y responde a una evolución tanto ética como jurídica en el abordaje de los procesos de adopción, especialmente en lo relativo al respeto de los derechos y la dignidad de las mujeres que toman la decisión de entregar a sus hijos o hijas en adopción. La expresión renuncia hospitalaria ha sido tradicionalmente utilizada en los entornos asistenciales para referirse al acto, generalmente inmediato al parto, mediante el cual una mujer manifestaba su decisión de no asumir la crianza del recién nacido. Sin embargo, este término tiene connotaciones simplistas, reductoras y, en cierta medida, estigmatizantes, ya que coloca el foco en un momento puntual y en un espacio institucional (el hospital), invisibilizando el proceso personal, social y emocional que subyace a dicha decisión.

Por el contrario, el concepto de madre cedente se alinea con una perspectiva de derechos humanos y pone en valor la capacidad de la mujer para tomar decisiones autónomas sobre la vida y el futuro de su hijo, dentro del marco legal previsto por el sistema de protección. Este término reconoce que la entrega en adopción no es un abandono, sino un acto formal, regulado por la legislación vigente (artículo 177 y siguientes del Código Civil), en el que la mujer cede la patria potestad de su hijo a la administración para que se valore una futura adopción. Utilizar madre cedente implica también adoptar un enfoque más respetuoso y libre de juicios morales, reconociendo el contexto de vulnerabilidad, la complejidad de la decisión y el derecho de la mujer a recibir información, acompañamiento y garantías durante todo el proceso. Así, el lenguaje empleado se convierte en una herramienta fundamental para promover una intervención profesional basada en el reconocimiento de derechos, la no estigmatización y la empatía.

En el Día de las Madres, es justo y necesario ensanchar la mirada para honrar a todas las mujeres que, desde lugares diferentes, han amado, protegido, cuidado o tomado decisiones trascendentales por el bienestar de sus hijas e hijos. A todas ellas, nuestra gratitud, nuestro respeto y nuestro compromiso de seguir construyendo un sistema de protección que ponga en el centro la dignidad humana y la diversidad de formas de maternar.